El Cementerio de Ciriego fue proyectado por el arquitecto municipal Casimiro Pérez de la Riva en 1881, e inaugurado tras distintos avatares, el 3 de septiembre de 1893, tras la supervisión del nuevo arquitecto municipal Joaquín Ruiz Sierra.
La necrópolis presenta planta de cruz en su parte central, organizando el espacio funerario con un entramado de calles y entrecalles que forman diversas manzanas, en cuyo interior se delimita el terreno de cada propietario.
En el cementerio trabajaron los arquitectos, maestros de obras y marmolistas más afamados de la región tales como Valentín Ramón Casalís, Emilio de la Torriente, Miguel Doncel, Manuel Casuso Hoyo, Alfredo de la Escalera, o Javier González de Riancho. Se creó un conjunto que De la Riva consideraba: «un precioso museo de monumentos históricos y artísticos».
Desde 1991 la gestión del cementerio está a cargo del Cementerio Jardín de Cantabria, S.A.