«Llamamos «Mulata» en Santander, a una variedad de cangrejo negro y de forma cuadrada que gusta de vivir entre las rocas de los muelles y pantalanes, y en las bahías en general. Las mulatas son víctimas inexcusables de todos los críos que, en baja mar, se entretienen con su pesca. La mulata es uno de los pocos crustáceos que no se comen, y como homenaje a su entrañable recuerdo infantil, nuestro restaurante lleva su nombre».
La Mulata responde a un proyecto gastronómico y empresarial muy perfilado, en el cual, los hemanos Francisco y Pablo Bezanilla aportan su experiencia en el mercado de los productos del mar. La concepción del local, la decoración y, sobre todo la carta, dan buena muestra del carácter del restaurante. Estilo marinero en el que no faltan guiños de cocina casera.
La Mulata está ubicado en una zona gastronómica por excelencia como es Puertochico, en Santander. Cuenta con dos salones con capacidad para 180 comensales. Decoración minimalista, con predominancia del azul mar y enorme sensación de luz. Servicio eficiente, bien adaptado a todo tipo de clientes, desde las personas que trabajan en los alrededores y nos visitan a diario, hasta las familias en los fines de semana o los más jóvenes.
Entre los servicios que están a disposición del cliente contamos con carta en Braille, menú para celíacos, bar, cafetería, jardín-terraza, estacionamiento y acceso a minusválidos. Buena bodega y una excelente relación calidad-precio.